lunes, 19 de julio de 2010

...manos....barro

Estuvo toda la noche tocándome...sus manos de escultora fueron poco a poco subiendo desde mis pies hasta la nuca.Pasó por todas mis geografías, las conquistó y acto seguido repitió el procedimiento.A cada movimiento de sus yemas me daba cuenta que me estaba moldeando a su gusto, como en realidad quería que fuera.En mi laxitud post coitum me dejé llevar.

Por la mañana,al mirarme al espejo, no me conocía ni la madre que me parió. Medía veinte centímetros más, mis facciones eran ovaladas. Tenía dedos de pianista, ni siquiera respetó el lóbulo de mis orejas,acaso lo que más me gustaba.

Me he tenido que hacer el dni de nuevo.

De ella, ni rastro.

viernes, 2 de julio de 2010

THE CUCARACHER´S INN.

Invoco al espíritu de la comprensión para que me explique por qué acudo a ese bar cada mañana.
-Su dueño es lo más cercano a una barracuda que conozco. Cuando me mira con esos ojos saltones y sus dientes inferiores, separados y afilados, sencillamente, la temperatura de mi sangre está a punto de dejarme frente a él como Harrison Ford cuando, a instancias de Jabba, es bañado en hidrógeno y congelado. Luego, con esa voz ronca me increpa un "¿Qué quieres?" más cercano a "aquí no compramos lotería" que a los buenos usos y expresiones de todo aquel que pretende ganarse una clientela. Y no es que vaya precisamente sobrado de seres humanos, no. Poco a poco los clientes han ido emigrando hacia otros lares. Pero yo, incomprensiblemente, por algo que se escapa a mi entendimiento, me mantengo allí, en la barra, cada mañana con mi cortado, leal a sus malos tratos.

- La higiene del antro deja mucho que desear. Ayer mismo alguien me tocó la espalda y me dijo "Eres el cantante de lol, no?". Me giré y era una cucaracha gigante, un auténtico bicho de los tiempos remotos. Simpático, eso sí, me comentó que se había enganchado al grupo a raíz de "Maniobras de escapismo". Como la mayoría, le dije. Luego me hice una foto con él y se largó, ya que tenía trabajo. Por los suelos había un montón de mierda que tenía que llevar a su casa. Había sido padre de cuatrillizos, lo felicité y di recuerdos a su señora esposa.

- La clientela del antro deja tanto que desear como la higiene del mismo. Son ruidosos, maleducados, auténticos entrenadores potenciales de fútbol, incluso he contabilizado a tres potenciales presidentes de la Generalitat por parte del Partido Popular (manda huevos que el PP haga estragos en algunas mentes de la clase obrera). Por supuesto, y pese a llevar cincuenta años en Catalunya, el idioma de marras les suena igual de exótico que el bielorruso, no han querido aprenderlo ni lo harán jamás. Nunca me las he dado de nacionalista, pero luego ves a un japonés que lleva siete meses en Barcelona y que ya lo habla y piensas "claro, claro, es que es muy difícil". Da igual donde estén, les importa un comino. Ni siquiera tienen la inquietud de conocer otro tipo de culturas para enriquecer algo sus vidas. La vieja España de "por mis cojones" persiste en diversos focos a lo largo y ancho de la Península.

Los trifásicos hacen estragos de buena mañana. El alcohol, en todas sus variantes.

Los que trabajan por la mañana en la barra se dedican a maldecir a los del turno de tarde. Pero, cuidado, no se trata de empleados, no. Son familia. Son primos. Los unos denominan cerdos a los otros, y viceversa. La cuestión es que, si uno va a mear al lavabo y echa una ojeada al almacén, eso, por compararlo con algo inconcebible, es Kabul. Cajas de cartón vacías desparramadas por el suelo, palos de fregona destrozados, líquidos de bebidas impregnando el suelo-trampa, donde seguramente, si lo pisas, morirás de inanición deseando escapar.

El hijo de la familia está un poco mal de los nervios. Una vez, pidiéndole un cigarrillo a su madre para el colegio, la amenazó con un bonito "que te crujo la cabeza", pronunciado casi sin consonantes, gutural. El gesto potenciador fue una espantada de brazos, así, intimidatoria. Una vez, hasta arriba, supuse que de speed, se dedicaba a intimidar a la gente en la acera frente al negocio de sus padres. Estaba fuera de sí, reía y amenazaba. Como Jack Nicholson en "The shining".

El aire acondicionado, destartalado y lleno de polvo, es como la nave Enterprise de la fauna de insectos que pueblan la barra. Ayer mismo tuve que agitar El Mundo Deportivo de manera violenta para evitar que un trío de bichos, los Police, subieran por mis manos.

Entras, dices "buenos días" y recibes un saludo silencioso. Te vas, dices "buenos días" y como si oyeran llover.

Las mujeres hablan de Belén Esteban y los hombres de Villa o Iker Casillas. Hablan de bajas, sobretodo de bajas. Que los empresarios son unos hijos de puta. Que Rajoy los salvará. Otros dicen lo contrario, para ser justos.

Nadie los salvará. Siento decirlo. Están condenados desde hace mucho tiempo.

No voy a entrar a describiros su higiene personal. Es demasiado duro para el planeta. Con escribir lo que escribo ya tengo la extraña sensación de contribuir a la polución universal, aunque sea en vuestras mentes.

*Nota: para ser justos, el castellano, dominarlo, tampoco es que lo hagan con soltura. Digamos que "gritan".

El otro día vi a un tipo que había dejado a su mujer y a su bebé a pleno sol, esperándolo. Hasta que no dejó cincuenta euros en la máquina de frutas, la posible insolación de su familia era una posibilidad que él, corto como pocos, ni siquiera contempló.

Sin embargo, allí me mantengo. Como una mosca en la pared. Una mosca espía. Escuchando, analizando, casi siempre flipando. Debo estar tomando notas, sin saberlo, para algo. Pero...¿algo tan cutre?

¿Hay otra explicación?

Creo que lo cierran en Septiembre. Me lo ha dicho un pajarito importante. Alguien que tiene información de primera mano. Y yo me lo creo. Pero, joder, me sabe mal. Ya era una "sana" costumbre estar ahí a las 09 15 , como un reloj. Que me miren y me desprecien.

Que me desprecie la basura. Eso no lo puede decir cualquiera, no.

Debe ser que, en el fondo, soy peor que la basura.

s